¿Quienes somos los argentinos?
La Argentina nace sin historia.La historia nace cuando se constituye un Estado. Dos siglos atràs, cuando habitaban sòlo los aborìgenes, Argentina no era Estado y, por lo tanto, no era historia. Era antehistoria o prehistoria. Del nada hemos hecho una naciòn gigante y maravillosa; en poco tiempo y sin historia. Mèritos no nos faltan considerando que no fuimos “colonizados”, como nuestros patrones del Norte, sino que fuimos “conquistados”. Conquista es sinònimo de militarismo, clericalismo y, sumado a esto, la vanidad de tìtulos y honores. ¿Serà por eso que en EEUU hablan de “libertad” y los criollos hablamos siempre de “independencia y libertad”?
Los argentinos somos descendientes de emigrantes de varias nacionalidades que, como nos sucede ahora a los argentinos que emigramos, sintieron la necesidad de tener èxito econòmico para integrarse en la nueva sociedad y para justificar el esfuerzo al que la emigraciòn nos somete.
Los argentinos nos repetimos constantemente que tenemos raices europeas; pero no lo somos. Un ser humano es europeo solo si vive en Europa. Cuando emigra, las condiciones ambientales hacen que nazca un “nuevo ser”, con caracterìsticas propias. Lo mismo serìa decir que yo sigo siendo argentino viviendo en Europa (!?!). Podrè tener nostalgia y apego a la Argentina, pero no soy argentino en mi modo de obrar o de pensar. Mucho menos un europeo que dos siglos atràs iba de Europa a la inmensidad del vacio territorio argentino; un retorno a la naturaleza; al nula.
Cada nacionalidad que aportò emigrantes en Argentina creò tambièn un nuevo tipo de ser humano, aùn manteniendo sus nostalgias y bases de pensamiento. Nacen asì nuevos seres con nuevas y extrañas culturas.
Extrañas entre sì. Donde exista una psique colectiva habrà en algùn modo, y por lògica, una
cultura. Pero, en nuestro caso, esa cultura no constituirà un “todo compacto” ni tampoco un ambiente adecuado para el “grupo total”. Serà un ensamblamiento de piezas dispares (legìtimas todas) que
se sobreponen para poder permitir una existencia colectiva; es decir, “el ser argentino”.
Hemos creado y cultivado desde la època de la conquista, una cultura de la soberbia y una megalomanìa que es positiva y contraproducente al mismo tiempo. Aunque si queremos permanentemente parecer modestos, “somos soberbios, orgullosos y anhelamos ser envidiados” y sentimos, en contemporanea, que esa magnanimidad que hemos creado, no fuese autèntica o que no nos perteneciera. No nos contentamos en ser una naciòn como las otras, queremos ser superiores; al menos en nuestras ideas. Esta soberbia es positiva porque sòlo aquellos que aspiran mucho de la vida pueden ser capaces de grandes obras. Es contraproducente si se tiene y no se aprovecha. Creyendo que, con el sòlo hecho de tenerla, sin desarrollarla, fuera suficiente.
Con enorme sacrificio hemos tratado de extender o importar la cultura europea en Sudamèrica y no lo hemos logramos. ¿Porquè?
Hay provincias, como Mendoza, que mantiene una caracterìstica social y cultural europea, pero no es normal en otras provincias. ¿Porquè?
José Ortega y Gasset, a inicios del siglo XX, dà una explicaciòn que me parece plausible:
”El desarrollo, extensiòn y riqueza de la Argentina obliga a que se instituya en poco tiempo un buen golpe de Universidades con un nùmero muy crecido de càtedras.
En Europa no han solido preexistir las càtedras a las capacidades. Al contrario, sòlo cuando habìa un grupo crecido de gentes que venìan largamente cultivando una disciplina se creaba el puesto pùblico para la enseñanza. El proceso singularìsimo de estas nuevas naciones americanas invierte el orden y, las càtedras, los puestos, los huecos sociales surgen antes que los hombres capaces para llenarlos. Lo propio acontece con la burocracia, los oficios tècnicos, de sanidad, de justicia, etc.”
Hemos logrado en Argentina crear un Estado avanzadìsimo y una Administraciòn llena de gente que no estaba preparada, cultural ni interiormente, para adoperarla. Los resultados eran imaginables aunque nos llenaramos de egresados universitarios.
Como conclusiòn :
Personalmente reconozco la superioridad de las razas del norte europeo, pero, no he visto que logren en sus integrantes una calidez humana como se ve en Argentina. Socialmente ellos son superiores pero humanamente.......es de discutir.
No seremos Alemanes...........pero podemos gritar fuerte que somos argentinos. Originales y genuinos......cualquier imitaciòn no autorizada serà perseguida por la ley!!!!.
Delirios de tarde veraniega, humeda y pesada, practicando el “alpedismo”.
Saludos.