Cita Iniciado por Dorogoi Ver Mensaje
Los indiferentes (Antonio Gramsci, La Ciudad Futura, 11/02/1918)

Odio a los indiferentes. Creo que vivir es tomar partido. Quien verdaderamente vive no puede dejar de ser ciudadano ni de tomar posición. La indiferencia es abulia, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso, odio a los indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo para el innovador y la materia inerte en la cual frecuentemente se ahogan los entusiasmos más esplendorosos, es el pantano que rodea las murallas de la vieja ciudad y la defiende mejor que las murallas más sólidas, mejor que los pechos de sus guerreros, porque que traga en sus remolinos de lodo a los asaltantes, y los diezma y los desanima y, a veces, los hace desistir en su heroica empresa.

La indiferencia actúa poderosamente en la historia. Actúa pasivamente, pero actúa. Es la fatalidad, es aquello con lo que no se puede contar, aquello que confunde los programas, que destruye los planes mejor construidos. Es la materia bruta que se rebela contra la inteligencia y la sofoca.

Lo que ocurre, el mal que se abate sobre todos, no se debe tanto a la iniciativa de los pocos que actúan, como a la indiferencia de muchos. Lo que ocurre no ocurre tanto porque algunos lo quieran, sino porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, deja de hacer, deja promulgar leyes que después solo la revuelta hará anular, deja subir al poder hombres que después sólo una sublevación podrá derrumbar.

Los destinos de una época son manipulados de acuerdo con visiones restrictas, objetivos inmediatos, ambiciones y pasiones personales de pequeños grupos activos, y la masa de hombres lo ignora, porque no se preocupa. Por eso, odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidian sus lamentos de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos; cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, que han hecho, y especialmente, que no han hecho, y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.

Vivo, soy militante. Siento ya en la consciencia de los de mi partido el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi partido están construyendo. En ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por azar ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy militante. Por eso odio a quien no toma partido. ¡Odio a los indiferentes!”.
¡Qué gran post Dorogoi! ¡Hay tantos que viven indiferentes!

Yo creo que no es exactamente indiferencia; podríamos llamarlo "connivencia" con la masa, con el ambiente en el que los propios egoísmos pasan camuflados en apoyo a un líder que hace "lo malo" o el trabajo sucio por nosotros sin que tengamos que mojarnos.
¡Cuántas injusticias amparadas por esa cobardía de la que hablas! ¡Cuántos débiles atacados porque la masa siente su debilidad o su soledad. De la misma manera que lo haría una manada de leones que acecha a un grupo de búfalos buscando al herido o al débil...¡mujeres, niños, ancianos...mansos o pacíficos! Son fruto y víctimas de una indiferencia escondida por los que no toman partido.

El éxito se puede vivir en masa, y la masa es lo que acompaña, cobija y jalea a los indiferentes. La vergüenza se vive en soledad, soledad que impregna la vida del indiferente.

Yo también odio a los indiferentes, y odio sobre todo a los indiferentes disfrazados, a los indiferentes solapados, a los indiferentes que hacen de su indiferencia avanzadilla de sus miserables sentimientos.

Pero, Dorogoi, por mucho que nos pese, el mundo lo mueven los indiferentes. Son los que alzan líderes que son "indiferentes" con el sufrimiento o la injusticia o la maldad, aupados al poder por la propia indiferencia del que no saben ser más que indiferentes.


Un saludo. Me gustó mucho tu post