Ten por seguro que si lo tuviera (a Torquemada) delante mío, le pediría que se quede, pero a la distancia a veces las palabras no son suficientes.
Es él quien no quiere saber de mi existencia, pues lo dejo ir para no atormentarlo más.
Si no aprendemos a soportarnos entre nosotros y a convivir con el "enemigo" que no piensa como nosotros, corremos el riesgo de llegar a la muerte completamente solos.