Al analizar las escrituras, se puede llegar a una conclusión. Que el cielo (1), infierno (2), incluso, el lejano Paraíso (3) de nuestros padres Adán y Eva se encuentra en nuestro mundo.

(1) Aquí nos encontramos muchos chirriando nuestros dientes, ante el miedo, abandono, injusticia y demás.

(2) Otros tocando el sutil cielo al ser reconocidos por nuestras acciones, logros, triunfos. O cuando nos acercamos a su infinita y amorosa presencia en diferentes momentos y demás.

(3) Incluso muchos inocentes se encuentran en su Paraíso, debido a sus enfermedades, estado de gestación (fetos), nivel evolutivo (animales) etcétera.

El reino de los cielos sería otro estado dimensional, en el cual se encontrarían aquellos Seres que habrían alcanzado un alto grado de desarrollo espiritual en el cual no existiría el fenómeno de la muerte porque no existe el pecado.

En nuestro mundo existe la muerte porque no somos perfectos en alto grado y ello nos orilla a una natural ignorancia, inexperiencia, novatez, por lo cual caemos inevitablemente en el pecado que es sinónimo del origen de nuestra muerte.

Por ello se dice que Jesucristo baja a nuestro mundo de los muertos, que es también un infierno (O baja hacia lo inferior).

Paz.

Ulsr.