Cita Iniciado por ecumenico Ver Mensaje
Señor kimo, ¿porque no acepta ajustarse al tema de este hilo?

¿Porque no intenta justificar, con la Biblia, que su organización está fundada por Cristo?

¿Porque no capta que está utilizando a niños para sus intereses sectarios?

Despierte, deje de utilizar basura, usted es el único del grupito que aquí participa, que se aferra a este tipo de temas inmundos.
PORQUE
ustedes no aceptan la biblia
y se rien de su mensage
no las enseñan en sus escuelas e iglesias

La Doctrina Católica enseña:

Solamente dentro de la Iglesia Católica se puede hallar la salvación. Es obligatorio aplicar el bautismo infantil para quitar el pecado original. Las buenas obras son necesarias para alcanzar la vida eterna. La observación y el cumplimiento de los sacramentos son necesarios, pues son colaboradores de nuestra salvación.

La Biblia enseña:
Encontramos innumerables versículos en la Biblia, enseñando que la Salvación se recibe solamente por gracia, por la fe en Jesucristo, quien otorga perdón y vida eterna, ya que Él es el Salvador, el Dios eterno e infinito:
1. «Yo soy la puerta (Jesucristo); el que por mí entrare, será salvo» (Juan 10:9).
2. «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo (Jesucristo), dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4:12).
3. «Mirad a mí (dice el Señor), y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más» (Isaías 45:22).
4. «Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» (Romanos 10:13).
5. «Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Romanos 10:9).

Ni bautismos sagrados, ni ritos santificadores, ni sacramentos purificadores, pueden aportar nada a la Salvación, que es otorgada a todo pecador arrepentido que acude al Señor y deposita su confianza en Él. «Y yo (Jesucristo) les doy vida eterna» (Juan 10:28).

La invitación de Jesucristo para salvar al pecador, todavía sigue vigente en la actualidad: «Venid a mí todos» (Mateo 11:28). «Y el que a mí viene, no le hecho fuera» (Juan 6:37). Sin embargo, pese al ofrecimiento divino, son muchos los que lamentablemente rechazan la oferta de salvación. Él mismo dijo: «Y no queréis venir a mí para que tengáis vida» (Juan 5:40).