Jesucristo mando predicar el Evangelio en todas las naciones, y eso es lo que hicieron los apóstoles y muchísimos cristianos, especialmente los que habían conocido los milagros que había hecho Jesucristo.

Aquellos milagros que vieron les dieron fuerzas para seguir predicando el Evangelio, y el primer milagro es la misma enseñanza del Evangelio, enseñanza misericordiosa como no hay igual.