Cita:
Iniciado por
Elisabet*
Los sacrificios no pueden hacer perfectos a los que los ofrecen porque no son verdadera ley de Dios, pues Dios no quiere sacrificios ni había mandado sacrificios. Lo que Dios quiere, y siempre quiso, es la misericordia, no los sacrificios.
(Hebreos 10:1-10) Porque, como la Ley tiene una sombra de las cosas buenas por venir
pero no la realidad misma de esas cosas, esta nunca puede perfeccionar
con los mismos sacrificios que se ofrecen regularmente año tras año a los que se acercan.
2 De otro modo, ¿no se habrían dejado de ofrecer los sacrificios
porque los que dan servicio sagrado, al haber sido purificados,
ya no tendrían conciencia de ningún pecado?
3 porque no es posible que la sangre de toros y de cabras elimine los pecados.
5 Así que, cuando él entra en el mundo, dice:
“‘No quisiste ni sacrificios ni ofrendas,
pero me preparaste un cuerpo.
6 No aprobaste ni ofrendas quemadas
ni ofrendas por el pecado’.
7Entonces dije:
‘Mira, he venido
(en el rollo está escrito
acerca de mí)
para hacer tu voluntad, oh, Dios’”.
8 Primero dice:
“No quisiste ni aprobaste sacrificios
ni ofrendas
ni ofrendas quemadas
ni ofrendas por el pecado”,
que son sacrificios
que se ofrecen según la Ley.
9 Y luego dice:
“Mira, he venido para hacer tu voluntad”.
Él elimina lo primero
para establecer lo segundo.
10 Por esa voluntad
hemos sido santificados
mediante
el cuerpo de Jesucristo,
que fue ofrecido
una vez
y para siempre.
(Gálatas 1:4)
Él se entregó por nuestros pecados
para rescatarnos
de este sistema malvado
según la voluntad de nuestro Dios y Padre,