Esta ley no favorecía que se aplicara la justicia de manera severa ni cruel.
Jesús corrige una forma de pensar equivocada
Jesús sabía que algunos habían malinterpretado la ley del “ojo por ojo”.
Por eso, corrigió esa forma de pensar diciendo:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’.
Sin embargo, yo les digo: No resistan al que es inicuo; antes bien,
al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mateo 5:38, 39).
Fijémonos en las palabras de Jesús “oyeron ustedes que se dijo”.
Al parecer, se estaba refiriendo a algunos líderes religiosos judíos que enseñaban que había que tomar represalias.
Hablando de la ley del “ojo por ojo”, el erudito bíblico Adam Clarke explicó:
“Parece que los judíos se sirvieron de esta ley
para justificar sus resentimientos privados y todos
los excesos que cometían movidos por un espíritu de venganza”.
Al promover la venganza, aquellos líderes religiosos distorsionaban el propósito de la Ley de Dios (Marcos 7:13).
En cambio, Jesús destacó que las leyes de Dios se basan en el amor. Dijo:
“‘Tienes que amar a Jehová tu Dios.
Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo, semejante a él, es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’.
De estos dos mandamientos pende toda la Ley” (Mateo 22:37-40).
Jesús enseñó que lo que identificaría a sus verdaderos discípulos sería el amor, no la venganza (Juan 13:34, 35).
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)