Y cual es el Verdadero Israel?¿ Son los judíos que siempre han perseguido a Jesucristo?...
Los verdaderos cristianos que son el Verdadero Israel, son la verdadera nación de Dios, y así lo declararon los primeros cristianos, que así te dicen.
Los que creen en Jesucristo y siguen sus misericordiosos mandamientos son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios. Ya no hay judío ni griego:
"Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable". (1ª Pedro 2:7-10)
Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, muy pocos los quieren guardar con amor, porque mandan NO MATARÁS y tener misericordia con todos... Prefieren a ""Pablo"" que justifica la esclavitud y la Ley de la espada...
Tienes razón
el Israel carnal, fue rechazado por Dios al ellos rechazar
el sacrificio de propiciación por Cristo Jesús.
A los ojos de Jehová,
los miembros no israelitas de esta nueva nación
son judíos espirituales con pleno derecho.
El apóstol Pablo dijo:
“No es judío el que lo es por fuera,
ni es la circuncisión la que está afuera en la carne.
Más bien, es judío el que lo es por dentro,
y su circuncisión es la del corazón por espíritu,
y no por un código escrito.
La alabanza de ese viene, no de los hombres, sino de Dios”.
(Romanos 2:28, 29.)
Muchos gentiles respondieron a la invitación de formar parte del Israel de Dios,
y así se cumplió la profecía bíblica.
Por ejemplo, el profeta Oseas había escrito:
“Mostraré misericordia a aquella a quien no se había mostrado misericordia,
y ciertamente diré a los que no son mi pueblo:
‘Tú eres mi pueblo’; y ellos, por su parte, dirán:
‘Tú eres mi Dios’”. (Oseas 2:23; Romanos 11:25, 26.)
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
Jesucristo ni manda ni quiere sacrificios.
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable". (1ª Pedro 2:7-10)
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"Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)
Así ha dicho Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto". (Jeremías 7,21-22).
"¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; la sangre de novillos, de corderos y de machos cabríos me hastía. Cuando venís a presentaros ante mí, ¿quién pide eso de vosotros?" (Isaías 1:11-12).
"Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas". (Salmos 40:7).
"Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6:6).
Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, muy pocos los quieren guardar con amor, porque mandan NO MATARÁS y tener misericordia con todos... Prefieren a ""Pablo"" que justifica la esclavitud y la Ley de la espada...
cumplir con la enseñanza del Evangelio es lo que nos limpia de toda injusticia.
Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)
Así ha dicho Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto". (Jeremías 7,21-22).
"¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; la sangre de novillos, de corderos y de machos cabríos me hastía. Cuando venís a presentaros ante mí, ¿quién pide eso de vosotros?" (Isaías 1:11-12).
"Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas". (Salmos 40:7).
"Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6:6).