Ojalá habláramos de esto contínuamente de manera normal y corriente, dejando atrás esos tabúes extraños que en lugar de acercanos a los hijos, nos alejan.
Ojalá infundiéramos esa confianza en nuestros hijos, para que pudieran acercarse y preguntar lo que quieran a este respecto, sin vergüenza alguna.
Ojalá tuviéramos menos complejos tontos y entendiéramos que la información es poder.