Este sesgo es muy común en la gente que predica la culpa y la redención.
La consecuencia es que el sujeto (o el grupo) atribuye relaciones causales entre acciones y eventos no conectados entre sí. En religión, la correlación es un presupuesto que relaciona creencias trascendentales con ciertas expectativas de beneficio y recompensa. En psicología clínica puede causar que un paciente experimente miedo de realizar ciertos actos o albergar ciertos pensamientos debido a que asume una correlación entre un aquello y terribles calamidades. El sesgo puede conducir a creer que pensamientos personales en sí pueden ocasionar efectos en la realidad o que pensar en algo equivale a hacerlo. Es por tanto un tipo de razonamiento causal de falacia de causa cuestionable que busca relaciones insignificantes de fenómenos (coincidencias) entre actos y eventos. El pensamiento cristiano genera la creencia errónea de que los propios pensamientos, palabras o actos causarán o evitarán un hecho concreto y todo bajo la causa única de la Fe en ese sistema de creencias.

Las falacias de causa cuestionable también conocidas como falacias causales o non causa pro causa son falacias informales donde una causa es identificada de manera incorrecta.

Falacia de la única causa o en efecto de conjunción - Esta falacia se produce al pensar que existe una única causa para la consecución de un efecto cuando en realidad es la combinación de varias. Es denominada también relación ficticia porque se crea una relación ficticia entre la única causa propuesta y su efecto cuando la realidad es que existe una o varias causas que se desconocen denominadas variables ocultas que solo en conjunción o por sí solas, es decir, sin necesidad incluso de la causa propuesta desencadenan el efecto. Por ejemplo, sube la venta de helados. Algunos ven relación causa - efecto entre la bajada de precios de los helados y el aumento de ventas. Sin embargo, esta pudo ser debida a la ola de calor y al incremento de marketing.

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