Si leemos todos los escritos del Nuevo Testamento, podemos observar que ninguno de los muchos Ángeles que aparecen en ellos dice nada de Emmanuel. Prueba evidente de que lo que dice Mateo es un “acomodo” de Isaías 7:14 que nada tiene que ver con Jesús.
Pero la gente se lo “traga” sin tomarse la molestia de leer el capitulo 7 de Isaías.