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Loma_P
Primitivamente los judíos sólo hablaban del Ángel de Yahvé, o del ángel de Dios, y el de la muerte que provocó el fallecimiento de los primogénitos de Egipto. Y de tres ángeles sin nombre que se aparecieron a Abraham y dos que se aparecen a Lot.
Estudios kabalísticos han demostrado que los nombres de los tres ángeles que se aparecieron a Abraham fueron Mikjael(¿Quién como Dios?), Gabriel (Fuerza de Dios) y Rafael (Medicina de Dios). Y eso sería practicamente toda la angeología primera de Israel. En el libro de Job aparecen unos seres angélicos a quienes se denomina Los Hijos de Dios, entre los cuales esta Satanás.(Job 1,6 ss.).
Son los persas quienes afirman que las estrellas son inteligencias angélicas, y que el sol y la luna también lo son, y que la tierra, el fuego y el agua están vivos y son inteligentes. (Zendavesta, Historia de las Religiones, de Denis Saurat).
Así los judíos, posteriormente, comenzarían a decir que el Arcangel Anael o Haniel es el Regente de Venus, a imitación de Anahita, la diosa persa del amor que habitaba en Venus, o que Uriel(Luz de Dios) es el Angel del Fuego de Dios y de la Luz divina, siguiendo la línea del culto al fuego sagrado adorado por los Zoroastrianos. O el ángel Zadkiel (Justicia de Dios) como regente de Júpiter o señor de la justicia, o Sariel (soldado de Dios), o Remeiel, Azrael, Ratziel, etc.
Así, otro texto tardío de la Biblia, también de la época medo-persa, el libro de Tobías, nos habla de siete espíritus angélicos que sirven delante del trono de Dios (Tobías cap. 12,15), idea que repite el libro de Henoc y que se filtró al Apocalipsis de san Juan (Apocalipsis 8,2).
También, a imitación del Zendavesta, en el mismo Apocalipsis 16,5 se menciona al Ángel de las Aguas. Y en Apocalipsis 14,18 aparece un ángel que tiene poder sobre el fuego.(sin nombrarlo como Uriel). Y cuatro ángeles capaces de controlar el viento. (Apoc. 7,1).
En la literatura Esenia aparecen los arcángeles con sus nombres: Rafael, Sariel, Mikjael, Gabriel. Especialmente en el Documento denominado "La guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas". Justamente ese título es de inspiración persa-zoroastriano. Zarathustra constantemente impulsaba a sus devotos a la guerra contra los demonios, contra los infieles y contra el pecado. En la biblioteca de Qumran los esenios tenían ejemplares del libro de Henoc y el de Tobias, donde se mencionan los nombres de los demonios y de los arcángeles de luz que los combaten.
En ese documento se dice que los ejércitos judío-esenios del Bien o de la Luz, cuando avancen a atacar a los ejércitos de las Tinieblas, que son los hombres inicuos o pecadores de todas las naciones, irán acompañados de cuatro torres de combate. Una de las torres tendrá el nombre de Rafael, la otra Mikjael, otra Gabriel y la cuarta Sariel.
Las escrituras basan sus historietas en los antiguos señores de la guerra.