Si "el mundo" fuera católico, cristiano, musulmán, confucionista, etcétera, y repentinamente tú, religioso, te rebelas y decides "no dar gracias a Dios", pensaría que estás contra "el mundo".
Pero estar contra el mundo es ser un Hitler, una persona que daña a los demás, no con algo tan banal como decir "hoy no agradecí al Todopoderoso". En tal caso te estás dañando tú mismo por que admites creer en alguien superior a ti, y tú mismo estás incumpliendo tus normas o las de tu religión.
Pero no involucres al mundo, muchos estamos muy por encima de "religiones", "filosofías", "estatus socioeconómicos", "color de piel", y otras estupideces que la gente, por el mismo afán de contraponerse a los demás, inventa; y luego quiere que los demás opinemos de algo superfluo y vano.
Has el bien, sin mirar a quién, y habrás triunfado. Daña a alguien, y habrás dañado no al mundo, sino a la humanidad.
Y dañar a la humanidad, equivale a ser un Hitler en potencia. He dicho.