¿Que ya existe Sudan del Sur? ¡Demonios! ¿cuánto más países tengo que memorizar?
¿Que ya existe Sudan del Sur? ¡Demonios! ¿cuánto más países tengo que memorizar?
Encenderé la claridad de tu penumbra
Para buscar en ella un asomo de tu luz
Esa sonrisa que a la oscuridad alumbra
que te empeñas en ocultar a contraluz.
No tengo ganas que quejarme, que si me quejo la hago un traje....![]()
De joven, vine del Norte salvaje a la ciudad de la sed
y del pecado.
Con la antorcha y el acero, con la sangre y las llamas
Me gané lo que un hombre puede tener:
Sí, jugué y gané en el juego del demonio...
Tuve esplendor y gloria, y fama fulgurante
Y me reí ante el guiño de la muerte.
Me quejo de lo que paso ayer en la ciudad... tantas familias que amanecieron en desgracia el dia de hoy...
Me quejo de la injusticia... aunque se que la justicia divina un dia les llegara.
De las tentaciones... bueh de esa divina tentación en especial. Luego no me deja concentrarme.
"Imagina el honor de que un escritor se enamore de ti y escriba de ti como si fueras lo más bello de su mundo"
Porqué siempre que lo veo me viene con un chisme nuevo?!
Right 'til the end, I'll walk my way.
Qué asco de profesores... ¿Para qué cojones tienen correo? Si no lo revisan en meses...
Solo a ellos se les ocurre que un tuerto guie a los ciegos
“El alma humana es una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciéndonos mofas y sacándonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja, y si ve que, por accidente, estamos procediendo según lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavía no somos un caso perdido.”
- José Saramago, El Doble
Me quejo del calor que hace a estas horas de la noche. Es insoportable![]()
De la maldita inseguridad y lo hipócrita que somos como sociedad.
De la hipocrecia, de la doble moral, de la apariencia.
“El alma humana es una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciéndonos mofas y sacándonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja, y si ve que, por accidente, estamos procediendo según lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavía no somos un caso perdido.”
- José Saramago, El Doble