(Todos nosotros, cuando teníamos sólo 10 semanas).


(Todos nosotros, cuando teníamos sólo 14 semanas)
Se concede que en los confesionarios de la JMJ, cualquier padre o madre pueda confesar el pecado de haber asesinado a su hijo cuando estaba en gestación. Normalmente, al ser uno de los pecados más horrorosos, no se puede confesar con cualquier sacerdote sino con uno especial que levanta excomuniones, pero en la JMJ se podrá con cualquiera y limpiar por fin el alma de esta lacra, y que Dios y su hijo desde el Cielo les perdonen, para poder empezar una vida nueva desde cero.