Contenía el aire atrapado entre sus labios construyendo una carretera de desolación en su cara. No podía con toda esa situación; pues se le escapaba de las manos. Era demasiado tarde para ponerse con todo y acabar saliendo con nada. Comió tanto como pudo; al menos no le encontrarían con las tripas vacías. Dicen que en los viajes largos hay que estar preparado para todo.

Viento.