Me quejo de que ni la lectura, ni la música, ni la tela, ni las vueltas en la cama ni nada puede contra mi insomnio que en realidad no es insomnio sino más bien una alteración horaria de mi sueño.
Me quejo de que ni la lectura, ni la música, ni la tela, ni las vueltas en la cama ni nada puede contra mi insomnio que en realidad no es insomnio sino más bien una alteración horaria de mi sueño.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.