Continuando con fragmentos de la obra "A puerta cerrada", donde se nos declara que es el infierno:
INÉS: Bueno, ¿qué esperas? Haz lo que te dicen: Garcín el cobarde, tiene en sus brazos a Estelle, la infanticida. Se abren las apuestas. ¿Garcín el cobarde la besará? Os veo, os veo; yo sola soy una multitud, la multitud, Garcín, la multitud, ¿la oyes? (Murmurando.) ¡Cobarde! ¡Cobarde! ¡Cobarde! En vano me huyes, no te soltaré. ¿Qué vas a buscar en sus labios? ¿El olvido? Pero yo no te olvidaré. A mí es a quien hay que convencer. A mí. ¡Ven, ven! Te espero. ¿Ves, Estelle? Afloja el brazo, es dócil como un perro. ¡No lo tendrás!
GARCÍN: ¿Pero nunca será de noche?
INÉS: Nunca.
GARCÍN: ¿Me verás siempre?
INÉS: Siempre.
(Garcín abandona a Estelle y da unos pasos por la habitación. Se acerca a la estatua.)
GARCÍN: La estatua... (La acaricia.) ¡Pues bien! Éste es el momento. La estatua está ahí, la contemplo y comprendo que estoy en el infierno. Os digo que todo estaba previsto. Habían previsto que me quedaría delante de la chimenea, oprimiendo el bronce con la mano, con todas esas miradas sobre mí. Todas esas miradas que me devoran... (Se vuelve bruscamente.) ¡Ah! ¿No sois más que dos? Os creía mucho más numerosas. (Ríe.) Así que esto es el infierno. Nunca lo hubiera creído... ¿Recordáis?: el azufre, la hoguera, la parrilla... ¡Ah! Que broma. No hay necesidad de parrillas; el infierno son los Demás.
"La comprensión de que la vida es absurda no puede ser un fin, sino un comienzo".
Albert Camus