Eso que llaman amor..

Llego impactando como un meteorito, arraso todo a su paso, dejo solo
cenizas de lo que encontró en su camino, se erigió triunfante en una batalla
que había nacido perdida, me dejo pobre, desnuda, con las manos vacías y
sin argumentos, su legado han sido noches enteras de angustia, largas horas
de espera, una constante ansiedad, la necesidad de sus brazos y su piel.

Nada me preparo para su arribo, no estaba lista para ello.

Se apropio del tiempo, del espacio, de las ganas de vivir; poseyó la otra
parte de la cama sin habitar en ella, marco mi piel con mil caricias, mis labios
con sus besos, no sé respirar sin su aliento, me impide retornar a mi habitual
oscuridad, sus brazos me retienen como cadenas, su voz hipnotiza haciendo
que se detengan los minutos, derribando la condena, demostrando una
necesidad primitiva.

Ha marcado todo como su territorio, no me ha dejado nada libre para poder
pensar de nuevo con lógica, el razonamiento ha masticado mis ganas de
tener más, solo puedo amarle sin reservas, retener los momentos compartidos
para poder aferrarme a ellos, sin la certeza de que vuelva cuando le necesite.

Si esto que llaman amor no es sino una dulce dependencia, nada tiene que
ver con las causas, los efectos, con la línea lógica, solo con sentir y
entregar, con confiar sin bases reales, con la espera, con la necesidad
apremiante del cuerpo, de la piel, del corazón y del alma.

Dulce veneno que te aniquila a pequeñas pausas, que te pone contra las
cuerdas, que te posee para luego irse de madrugada.