
Iniciado por
Febo
Lo amo más que a mi cerdo. No sabes lo duro que tuve que luchar con él para que reposara esa pata y lo bien acolchado que lo tuve entre bellotas para que me alimentara bien esos muslos.
Menudo jamón parió. De diez kilos.
Cuando se acabe entonces creeré en el fin del mundo, mientras voy saboreando los cánticos salados que me ofrece mi pata Navideña.
wooow fuertes declaraciones. Yo hubiera querido amar así a mis cerdos, pero los vendí en 33 míseras monedas.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.