
“Si hacéis felices a los niños hoy, los haréis felices durante toda su vida recordando su infancia”. Stanley Pine
CONSEJOS PARA PREPARAR UNOS BUENOS REYES MAGOS
Este mensaje trata de cómo llenar de Magia la vida de tus hijos, hermanos pequeños, sobrinos... en relación con la próxima festividad de Los Reyes Magos que poco a poco se va acercando (falta menos de dos meses). Si no tienes todavía hijos, copiatelo para cuando los tengas y guárdalo bien como uno de tus tesoros más preciados. Probablemente sea una de las cosas más bonitas que se pueden ofrecer a alguien en la vida.

PRIMER CONSEJO: No hacer regalos a los hijos mas que en sus santos, en sus cumpleaños y en Reyes (salvo en alguna ocasión especial, como el haber aprobado un curso muy difícil o como recompensa por alguna buena acción muy poco frecuente). En Nochebuena pueden recibir un aguinaldo consistente en un poco de dinero en metálico, pero no juguetes o regalos físicos, a pesar de que de esa forma pudieran jugar durante todas las vacaciones.
(La explicación de esta regla es que cuantas menos ocasiones haya en que reciban regalos, más novedosas serán aquellas en que los tienen. Es mucho mejor diez regalos de golpe en Reyes que no diez regalos repartidos a lo largo del año, aunque pueda parecer lo contrario. Los ilusionistas sabemos que la presentación es lo que hace a un truco realmente mágico, así que, aunque parezca mentira, la felicidad y la emoción de las cosas está en la mente y no en las cosas en sí. Cuando los juguetes se hacen esperar aumentan su valor en un mil por uno, mientras que si se convierten en un placer frecuente pierden bastante de su potencial encanto. No te preocupes si al entregar los regalos en Reyes, tus hijos no juegan con ellos durante las vacaciones previas, porque serán vacaciones llenas de ilusión, y te garantizo que cuando los reciban no van a dejar de jugar muchísimo con ellos y les vas a endulzar la vuelta al colegio, porque sabrán que al volver a casa tendrán sus juguetes recién estrenados).

SEGUNDO CONSEJO: En santos y cumpleaños regala un solo juguete, nunca un número mayor de ellos.
(Cuanto más se diferencie la fiesta de los Reyes de un santo o cumpleaños, mejor. En Reyes puedes regalarles lo que quieran, si tienes dinero, aunque parezca un exceso el tener tanto regalo junto porque no puedan atender a todo. Es la misma idea: la impresión emocional y la felicidad que recibe el niño es mucho mayor de esta forma que si le dieras doble número de regalos repartidos a lo largo del año).

TERCER CONSEJO: Que escriban la carta a los Reyes en el mes de Diciembre, pero habiendo animado al niño a que a partir de mediados de Noviembre vaya observando los anuncios de juguetes de la televisión, para ir tomando nota de lo que le gusta; también es bueno llevarles en Noviembre a visitar unos grandes almacenes de juguetes con la misma intención. Se puede fijar un número tope de juguetes según tus posibilidades (y para los que ir ahorrando todo el año a costa de no regalarle tantos durante el mismo). La decisión final puede tomarla recorriendo de nuevo ese comercio para niños. No aprovechar la entrega de regalos para incluir ropa o artículos que necesite el niño, pero que no le hagan ilusión. La carta es muy interesante que sea entregada a un Rey Mago de grandes almacenes (búscalos que algunos hay, aunque tengas que esperar a después del día 25, porque antes todos los que veas sean Santa Claus), alentando al niño a que les diga de palabra lo que ha pedido.

CUARTO CONSEJO: Guardar hábilmente el secreto de los Reyes Magos, cuidando especialmente de que los niños no te vean acercarte a ninguna recepción a pagar (son muy inteligentes y lo pillan todo). Tomarte la molestia de ir a recoger los regalos cuando los niños no estén en casa aunque tengas que hacer dos viajes (por tanto no te los traigas en el maletero del coche junto con ellos) y guardarlos en un lugar donde estés seguro que no van a ser descubiertos o que no despierte sospechas si está cerrado (si no hay en tu casa un sitio así, puedes pedir a un vecino el favor de que te los custodie recuperándolos en la primera hora en que los niños duerman en la noche de Reyes, cuando todavía dicho vecino está despierto). Si les tienes que decir que un juguete no se lo pueden traer los Reyes (por ser demasiado caro para ti) diles que has llamado por teléfono a los Reyes para consultarles y que te han respondido que no pueden traerlo, porque el que le correspondería a él han decidido por sorteo llevárselo a los niños pobres del Tercer Mundo para consolarles de todo los que sufren. También puedes contestar así para explicarles por qué sólo pueden pedir un número limitado de regalos. Si tus hijos preguntan que por qué un vecino tiene más juguetes que él, diles que no es porque haya sido más bueno, sino porque a algunos niños les tocan un poco más de juguetes por sorteo, y que a lo mejor algún día les toca a ellos, pero estos niños son pocos, lo que pasa es que da la casualidad de que le ha tocado a ese vecinito –y el premio que le ha tocado es recibir más regalos durante varios años-. Si te dice que un amiguito le ha dicho que los Reyes son los padres, dile que eso lo dicen los que les caen mal los Reyes porque una vez les trajeron carbón (salvo cuando el niño tenga una edad en que ya resulte grotesco mantener la creencia). Si te preguntan quién es Papa Noel o Santa Claus y que otros niños tienen regalos en Navidad y en Reyes, diles que en otros países, los Reyes reciben la ayuda de esos santos porque están muy ocupados con tanto juguete a repartir, y que los niños que reciben dos veces juguetes hacen enfadar a los Reyes, y lo mismo no les traen nada después. Si te preguntan cómo pueden los Reyes repartir en una noche regalos a todos los niños del mundo, puedes responderle que porque además de reyes, son magos.

QUINTO CONSEJO: Acudir con el niño a presenciar la tradicional cabalgata de Reyes de tu ciudad; y si no es posible, ver junto a él alguna de las retransmisiones por televisión. Cada niño tendrá su Rey elegido por él: Melchor, Gaspar o Baltasar.
SEXTO CONSEJO: La noche de Reyes acostar a los niños tras haber cenado el típico roscón con chocolate y habiendo dejado sus zapatos frente al balcón. El balcón estará abierto de par en par para “facilitar” la entrada de los Reyes (aunque haga frío, porque puedes cerrarlo tan pronto se acuesten los niños). Podéis dejar un poco de comida para el camello en un platito y tres copas de licor para sus majestades sobre una bandeja. Si quieres puedes simular una conversación telefónica con el Rey para confirmar que esa noche vienen, anunciando a tus hijos que a tal hora exacta va a llamar el Rey para que esperen nerviosos y tiemblen al oír el timbre del teléfono (puedes pedirle a un amigo que llame desde su casa engrosando la voz, y que los niños escuchen pegados al auricular). Puede que no sea recomendable vestirte de Rey o encargar a nadie para que se vista de Rey Mago o paje, porque la gracia es precisamente no ver nada, que todo ocurra cuando están durmiendo y encontrarse con la sorpresa al levantarse. Puedes advertir a los niños que no se levanten hasta que el reloj de sus habitaciones dé la hora lógica de levantarse, aunque estén despiertos, bajo pena de quedarse sin regalos tal y como te han advertido Sus Majestades.

SÉPTIMO CONSEJO: Colocar los regalos a una hora avanzada, comprobando que los niños están dormidos, y en todo caso con muchísimo sigilo por si alguno pudiera estar fingiendo. Distribuir los regalos enfrente de los zapatos de a quien correspondan. Tirar la comida del camello al WC (no a la basura para que no la puedan descubrir) y vaciar las copas de licor por el método que mejor te parezca
Un detalle muy bueno es haber traído un poco de tierra con la que formarás barro en un recipiente y, untando un zapato viejo en el mismo, simularás huellas apretándolo contra el suelo y siguiendo un camino desde el balcón o ventana hasta los juguetes; después hay que limpiar perfectamente todos estos utensilios. No te cuesta nada comprar una cuerda gruesa y larga (y así ya la tienes para todos los años), que atarás a la barandilla del balcón o ventana y a la pata de una silla para que la vean bien, y que colgará por la parte de la calle como si la hubieran utilizado los Reyes para subir; y no digas nada, que tus hijos la descubran. Los juguetes deben estar envueltos en papel de regalo para tener la emoción de adivinarlos por su forma y tamaño, y para que se descubran poco a poco al rasgar los envoltorios para aumentar la emoción del suspense.
(Algún año concreto puedes preparar el siguiente detalle: comprar una corona real en una tienda de artículos de disfraces y dejarla por el suelo como si se la hubiera olvidado el rey, para que los niños la encuentren. Al año siguiente, junto con las copas, colocaréis la corona para devolvérsela, y los niños verán al levantarse que ya no está, y en su lugar habrá un papelito en el que se leerá: “Gracias por devolverme mi corona. Perdón por la molestia. Melchor.”).
Última edición por Pumby; 16-nov.-2010 a las 14:21
Inmaculado Corazón de María, ¡sed mi salvación, Madre Mía!