¡Oh, mis ojos, oh mis oídos!, ¡todos mis sentidos! ¿En qué mundo espantoso he nacido? Me horrorizan la mirada de la bestia que me asecha, el trueno en el cielo y el frío que me cala los huesos. Este no puede ser el mundo real. Mis sentidos me engañan. Tiene que ser esto todo apariencia nada más, tiene que haber una esencia bondadosa en las cosas y tiene que haber otro mundo, uno para mí; éste no puede ser el real. Uno con paz y amor donde el león coma pasto y todos seamos iguales en fuerza y derechos.

Y el hombre dijo:

Hágase la fe, hágase la revolución, hágase el progreso y hágase la democracia.