El rito de iniciación de las muchachas en las maras tiene dos variantes: la "tradicional" golpiza de los trece segundos; la otra es el contacto sexual obligatorio con un número determinado de "hommies" de la pandilla. La primera alternativa es la más corriente y la que da más status. Quien se decide por la segunda opción debe conformarse con una posición subalterna en el grupo.
La mayoría de las jóvenes que ingresan en las maras tienen entre 16 y 18 años y, en general, permanecen menos tiempoque los muchachos. Muchas son atraídas por la aparente fraternidad de la "clica" pero al poco tiempo se dan cuenta que los esquemas de poderson los mismos que en los de la sociedad en general.
Mientras que los jóvenes dicen ingresar a la mara para recibir "respeto" y ganar poder, las jóvenes van en busca de la amistad que no encontraron en otros ambientes. La mayoría de las jóvenes se alejan de las bandas al quedar embarazadas, lo que sucede con mucha frecuencia, puesto que poco y nada se sabe de métodos anticonceptivos. Todas dicen desear un futuro mejor para sus hijos, lo cual es un deseo que suele ser muy difícil de llevar a la práctica.
Las jóvenes que roban, se drogan, tienen relaciones sexuales con los "homeboys", se tatúan y utilizan la violencia, rompen con muchos más tabúes que los muchachos, reciben una condena mucho más dura de parte de la sociedad y les resulta enormemente más difícil separarse de la mara y reinsertarse en la sociedad.