Mientras se filtran los primeros rayos por las rendijas de la ventana, suspiro una vez más, tratando de atrapar el ultimo sonido de tu respiración pausada. Recogiendo una a una tus miradas, perdiendo en su inmensidad de mar los amaneceres que saben a sal, que huelen a azul de sabanas blancas. Palmeras que danzan al ritmo de los suspiros del verano que se empeña en prolongar esta mañana.
Tenía que poner esta imagen, sino me reventaba el higado
MIRADA.