Ya desde niño me pareció bastante chocante que unos fulanos venidos de muy lejos, repartieran regalos a diestro y siniestro, sobre todo a los niños. Y ahora lo entiendo todo.
Los Reyes Magos llevaban oro, incesto y mirra.
No eran Magos, eran Raros. ¡¡Sinvergüenzas!!