Realmente hermoso. Parece la segunda parte de un poema escrito por mí que se titula Infiltrado. Qué agradable coincidencia... ¡felicidades!
Realmente hermoso. Parece la segunda parte de un poema escrito por mí que se titula Infiltrado. Qué agradable coincidencia... ¡felicidades!
Para finiquitar una contienda, no siempre es necesario ser uno quien dice la última palabra. Se proclama uno satisfecho y victorioso; cuando el argumento enemigo empieza a tornarse incoherente, vacío, desesperado y sin sentido...