Yo creo que el hecho de mentir es una habilidad que todos los niños aprenden y la herramienta que utilizan para evitar la culpa o el castigo y en algunos casos para alardear por problemas de autoestima.
¿Quién no mintió alguna vez a sus padres? Yo al menos sí lo hice alguna vez, y no por ello me convertí en una adulta mentirosa compulsiva ni nada por el estilo. Se trata entonces de no dramatizar cuando pillamos a nuestros hijos en una mentira, claro está, habrá que valorar la envergadura y tipo de esa mentira. No es lo mismo que tu hijo te diga que se lavó los dientes cuando no lo hizo a que te diga que fue su hermano el que rompió el cristal, por poner unos ejemplos. En el segundo caso está acusando y perjudicando a otra persona y es importante dárselo a entender.
Y muy importante, como se ha apuntado por aquí, tratar de enseñarles que el hecho de mentir puede tener unas consecuencias posteriores que llegado el momento, deben asumir y afrontar.
Saludos
Si no suena el teléfono, soy yo