No opinamos desde la ignorancia. A menudo vemos en los medios de comunicación casos de testigos de Jehová o hijos de éstos, fallecer por seguir esa ridícula y absurda norma de las transfusiones de sangre.
Ya he puesto arriba el caso de una mujer que prefiere morir antes a que le hagan una transfusión, pero hay otros casos más dramáticos aún como el de una familia que dejó morir a su hija por negarse a una transfusión. Durante el entierro de la pequeña tuvo que intervenir la policía porque los vecinos querían linchar a los padres por haberla dejado morir (matado).
Otro caso el de unos sextillizos de los cuales dos fallecieron, afortunadamente el gobierno tomó cartas en el asunto para realizar las transfusiones necesarias y pudieron salvar a los otros cuatro.
Que las creencias de los Testigos de Jehová están haciendo que la gente muera es una evidencia, pero sus simpatizantes se niegan a reconocerlo.