Resilencia
El término resiliencia se refiere originalmente, en ingeniería, a la capacidad de un material para adquirir su forma inicial después de someterse a una presión que lo deforme. Aplicado a los seres humanos, describe la capacidad de sobreponerse a las dificultades y, al mismo tiempo, aprender de sus errores. Las personas resilientes superan situaciones adversas; no así las personas vulnerables, que, ante las mismas situaciones, no saben cómo enfrentarlas y terminan frustradas.
El concepto encierra dos elementos. Uno frente a la destrucción: que es la capacidad de proteger la propia integridad ante las presiones deformantes, el otro se refiere a la capacidad para construir conductas vitales positivas, pese a las circunstancias difíciles.
Este modelo de desafío, frente a las adversidades, comprende factores que son decisivos. La educación, el modo de crianza, es el primero y principal. Es un proceso dinámico, donde interactúan el medio ambiente y el individuo, donde la influencia más positiva son las relaciones afectivas y estrechas con adultos significativos.
De estos vínculos, surge el primer pilar de la resiliencia: la autoestima. Una autoestima positiva es fuente de origen de los otros pilares: creatividad, independencia, autonomía, pro-actividad, introspección y capacidad de vincularse sanamente.
El humor, es otro de los pilares de la resiliencia.
Las siguientes afirmaciones pueden ayudar a descubrirse resiliente o no:
• Cuando sufro una derrota, examino mis limitaciones para que no vuelva a suceder.
• Cuando tengo un problema serio, lucho.
• Cuando alcanzo el éxito, siento que comparto el mérito con todos los que participaron conmigo.
• Cuando sobrevienen cambios, los tomo como un desafío interesante.
• Si me piden ayuda es porque cuentan conmigo.
• Yo me encuentro optimista.
• Actúo de acuerdo con lo que constituyen mis metas.
• Mi vida está llena de sentido.
• La mayor parte del tiempo controlo mi vida.
• Cuando enfrento desafíos nuevos, espero el mejor momento para actuar.
• Mis fortalezas, cuando estoy en dificultades, son mis recursos internos y mi experiencia.
• Para encarar un problema, me aproximo metódicamente.
• Cuando resuelvo el problema, guardo mi experiencia y lo olvido.
Es importante tener presente con qué herramientas se cuenta, a la hora de enfrentar una adversidad:
Desde los vínculos (Yo tengo):
- Personas que me quieren
- Personas que me ponen límites
- Modelos para actuar
- Personas que quieren que sea autónomo
- Personas que me auxilien, si estoy en peligro
Desde lo personal (Yo soy)
- Alguien que otros quieren
- Feliz cuando hago algo bien
- Respetuoso de mí mismo y del otro
- Dispuesto a responsabilizarme de mis actos
- Seguro respecto a que saldré bien
Desde las habilidades sociales (Yo puedo)
- Hablar sobre lo que me asusta
- Buscar maneras de resolver mis problemas
- Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso
- Buscar el momento apropiado para actuar o hablar
- Encontrar a alguien que me ayude
Me pareció un informe interesante para compartir porque muchas veces en estos tiempos vorágines en donde a diario nos enfrentamos ante una gran cantidad de inconvenientes, cabe la posibilidad de una pausa para reflexionar acerca de nosotros mismos, de nuestro entorno y nuestra manera de estar en el mundo
"En el pulso de hoy late el corazón de ayer, que es el de siempre" (R. Scalabrini Ortiz)