Saludos.
Leo en la prensa de hoy el caso de un descubrimiento arqueológico en China, la tumba de una familia noble. Se comenta con entusiasmo el hallazgo de tres mil piezas que hablan de la riqueza de sus dueños. Se exhiben en no recuerdo qué lugar, junto con los restos de una señora, Lady Daia. Esto me ha hecho pensar; hago la comparación con las momias egipcias y medito en que por muy antigua data, lo que se exhibe son cadáveres. He aquí la cuestión. Parece que es muy fácil perderle el aprecio a la solidaridad de especie. Pienso también que el hecho de que a estas alturas no queden parientes cercanos, por razones obvias, no quita que sigan siendo restos humanos y que se los debiese tratar con cierta consideración. La verdad, habría que ser medio narcicista o morboso para desear que en unos mil o dos mil años más nuestros cadáveres sean expuestos en un museo. En lo que a mi respecta, sería una afrenta inacepatable y espero tener descendientes que por esas fechas estén dispuestos a vengarla, pero por las dudas, me aseguraré de que mis restos sean cremados.