Dios es un ser espiritual que no tiene principio ni fin, que por alguna razón (amor) ha querido crear el universo dotándolo de las suficientes características, (muchos dirán casuales) para que así, con el paso del tiempo, la vida pudiera llegar a existir en este, nuestro pequeño planeta azul.
Pero ademas de ser un Dios trascendente (creador) es también un Dios inmanente. (en cuanto que sostiene lo creado)

Evidentemente los deistas rechazarán este posicionamiento, sin embargo, si consideramos la Biblia como la palabra dada por Dios a los seres que fueron creados conforme a su imagen y semejanza, concluiremos en que la postura correcta es aceptar que todo se sostiene en Dios mismo, hasta el punto, de que si Él dejara de hacerlo, todo desaparecería como si nunca hubiera existido.

Es por tanto Dios, creador y sustentador, al igual que redentor. Dios nos ha hablado a lo largo de los siglos muchas veces por medio de sus Santos hombres. Eligió a un pueblo para que su palabra fuera preservada, para, a través de ese pueblo venir el mismo al mundo, dejando a un lado su gloria, tomando forma de siervo y así, poder llevar a cabo el ministerio de la redención. De manera que todo el que crea en Él, pueda compartir esa vida que tiene preparada para los que le aman.