Creer que estamos sometidos al destino es lo mismo que decir que el universo es como un inmenso aparato de relojería, con sus rueditas todas encajando en sus lugares, clic-clic-clic, todos los movimientos prefijados por el Gran Relojero que sentado en su trono observa....¿que observa...? que ocurra algo sorpresivo...? No creo en ese tipo de dioses tan poco inteligentes.

Saludos