¿Y te dio buen rollo o se te quitaron las ganas de repetir?Iniciado por Sr. Machete
Desde luego que las drogas psicodélicas catalizan en cierto modo la proyección del astral, aunque lastran la experiencia impregnándola con tintes que, por natural que sea el principio activo usado, la derivan hacia sus propios derroteros, reduciendo el margen de maniobra del elemento consciente no solo para dirigir la experiencia, también para su propia percepción respecto a lo que podría resultar sin las "gafas" con que la droga está distorsionando los sentidos clásicos y otros más internos, que se agudizan bajo sus efectos.
Infinidad de casos existen similares a los que narran otros compañeros en el hilo. Verse y sentirse fuera, en algunas ocasiones imprevisibles y como experiencia inesperada.
También esa inmovilidad, no diré ya al regresar, sino al "conseguir regresar" al cuerpo. ¿Parece que hasta no consigues moverlo la angustia no cesa porque algo falta para "resucitar" de la experiencia?
Es importante no tener miedo.
Pero es más fácil decirlo que hacerlo
Cuando se aprende algo nuevo puede llegarse a ello de dos formas. Con la mente y con el alma. Ambas deben concurrir. Salvo experiencias traumáticas, lo habitual pasa por un entendimiento intelectual primero, en el que asumes conceptos y entiendes con la mente aclimatada al sistema que hemos mamado en esta sociedad occidental. Es una experiencia intelectual, con frecuencia puede venir acompañada de otro tipo de percepciones que te llevan hacia ella, latidos de tu interior, misterios del subconsciente
Pero no basta con entender algo con la cabeza para aprenderlo bien. Se necesita también otra comprensión, "con el corazón", asumiéndolo en tu interior, incorporándolo al ser.
Es difícil entender que es el viaje astral cuando se tienen dudas o perjuicios respecto de la existencia del alma, que la muerte no existe y que somos eternos.
Si no se tiene clara esta premisa, en el primer estadío de la comprensión a que antes me refería, solo a nivel intelectual, pero clara, es difícil avanzar hacia la segunda fase de la comprensión tanto en ese como otros fenómenos.
Quien tenga prejuicios al respecto es muy libre de aproximarse al problema como le plazca, pero quizás busque refugio con más propensión en la proximidad de los servicios sanitarios, o algún tipo de actividad que elcipse con sus sombras, o apague, el "delirio".
No seré tan estúpido como para quitar la razón a quienes polaricen toda la explicación de esta materia en alteraciones psicosomáticas, y darla a los creyentes en un "más allá", como si ya viniera ya de éste y me conociera lo que hay al otro lado. Nada de eso. Ambas opciones pueden ser erróneas.
Pudiera ser que el viajero del astral en realidad solo sufra esquizofrenia ¿no?
Es un ejercicio de autoconvencimiento interno al que se llega a veces por el raciocinio, otras impulsado éste por el ambiente de desarrollo de la persona, y ¿como no?, por emanaciones de nuestro subconsciente.... ¡forjado a través de eones encarnando! .... o víctima inocente de una sociedad injusta; igual me da a los efectos. Solo deseo testimoniar como con frecuencia "algo" dentro nos impulsa e incardina el rumbo en este tipo de decisiones.
Bien, haga cada cual ese ejercicio consigo mismo, si le place.
Me dirijo ahora sobre todo a los que andan en regiones fronterizas, dudando si todo el cuento del más allá será solamente historias para niños o relamente hay algo. Solo indicar, si se admite expresar mi humilde opinión: ¡avanti!, ¡el tema tiene recorrido!.
Pero sin prisa, sin forzar, siguiendo el corazón que nos guía, sintiendo bien vas por buen camino; si late más atípico, al loro.
Debe ser todo natural, ir cayendo por su propio peso.
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