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Ayer en mi correo, encontré el poema “Instantes” que una amiga me envió:

“Instantes, de: Jorge Luís Borges.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima, trataría de cometer mas errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría mas.
Sería mas tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.

Sería menos higiénico, correría mas riesgos.
Haría mas viajes, contemplaría mas atardeceres,
subiría mas montañas, nadaría mas ríos.

Iría a mas lugares donde nunca he ido,
comería mas helados y menos habas.
Tendría mas problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiese volver atrás,
trataría de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos.
No te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte, sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.
Si pudiese volver a vivir, viajaría mas liviano.

Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguirá así hasta concluir el otoño.
Daría mas vueltas en calesita, contemplaría mas amaneceres y jugaría con niños.
Si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo".



Este poema es reproducido en millares de páginas en la Internet y traducido hasta en 5 idiomas (por lo menos).

Hace unos meses, escribí aquí un tema en donde tratamos (varios foreros colaboraron enriqueciéndolo) de llegar a los verdaderos autores, de frases mal atribuidas a otros.

El poema Instantes, casi siempre aparece como si fuera de la autoría del poeta argentino Jorge Luis Borges. Pero no es así.
El poema apareció en un libro de auto-ayuda de un americano en 1971 (Prof. Richard Albert) y él a su vez se lo atribuye a una americana, cuyo nombre no aparece en ningún lado.

Todo un misterio.

¿Porqué entonces es atribuido a Borges?
Simplemente para dar credibilidad al mensaje contenido en él.
Los estudiosos de la vasta obra de Borges, desconfiaron inmediatamente de la autoría del poema. Él era un trabajador incansable. Aún habiendo perdido la visión totalmente, su trabajo nunca paró. Él lapidaba cada línea de sus escritos muchas y muchas veces, hasta llegar a lo que quería. Y eso le tomaba mucho tiempo. Exactamente el tiempo que Jorge Luis no podía disfrutar para –como dice el poema- “Andar descalzo sobre las calles de mi barrio, desde el principio de la Primavera, hasta el comienzo del Otoño”.

Si hubiera utilizado su tiempo para “cometer más errores” como dice el poema, Borges no hubiera sido Borges.

Su brillante carrera fue construida como se construyen las grandes carreras: Con talento, mucho esfuerzo y dedicación integral al trabajo. Y principalmente, en el placer de hacer lo que se hace y no lamentándose, por no haber hecho lo que no se hizo.


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