Gracias, gracias, gracias por el crédito (de paso, me gustaría saber los intereses).
Y disculpen si no entro en el sistema nervioso de la remolacha, bicho que no es de mi aprecio.
Como estoy medio fuera de tiempo y lugar -como chupete en el culo diría una amiga-, disculpen también que retroceda hasta el tema del petróleo y los alimentos. Esta madrugada escuchaba a un francés (creo que se llama Ziegler) indicando algo que la Lcda. con su vista de lince ya adelantó en su momento: cuantificaba el traspaso de las inversiones en la bolsa de Nueva York -financiera esencialmente- a la de Chicago -granos esencialmente,mercados de futuro-, y comparaba ese vuelco con el incremento de precios especialmente en el maiz, la soja y el arroz. Una ecuación finísima.
Y concluía como un conocido que publicó un artículo hace unos días en argentina: la producción actual de alimentos en el mundo, sobrepasa las necesidades actuales del total de la población mundial (le hacía comer polvo a Malthus). Y sin embargo hay mas de 800 millones de personas con riesgo de muerte por hambre. El incremento de los precios de los alimentos, sostiene, está condicionado -o aún determinado-, por la compra a futuro de materia aprima para combustibles bio. Lo cual indica a su juicio, que la solución del "problema del hambre" para lo que se están reuniendo esta semana en rusia, en estrasburgo y en la concha de su hermana los jefes del mundo no pasa por resolver ninguna escasez -ni depetroleo ni de alimentos-, sino por decisiones económicas y sobre todo polìticas. ¿A que no adivinan quienes se oponen?