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Hoy es el primer día de una nueva época.
Salimos ayer de la Edad Media, las brujas fueron vencidas, las hogueras para quemar anticristos se apagaron, aunque algunos continuarán vomitando sobre sus sotanas, predicciones apocalípticas.
Hubo una victoria de la inteligencia, que nos acerca un poquito al mundo moderno.
La Alta Corte de Justicia aprobó finalmente ayer, autorizar la pesquisa con células tronco de embriones humanos.
Esto significa un gran avance para los que sufren. Los paralíticos, los que tienen el mal de Parkinson, los frágiles, los que luchan para existir y no más una victoria para aquellos que viven cantando reglas, decretando dogmas, que sonríen cruelmente con sus incertezas burras, con sus supersticiones seculares, o milenarias.
No sé si las investigaciones llevarán a la cura o no de muchas enfermedades.
O si conseguirán regenerar órganos, sin tener que recurrir a transplantes. Lo importante es que buscarán el camino. Eso es la ciencia. Golpear puertas, hasta que alguna se abre.
Hacía 5 años que Obispos, Opus y otros brujos, habían entrado en la justicia abortando esta ley que recién nacía. Qué lejos nos dejaron de los demás!
Brasil es un país laico y las decisiones tienen que ser laicas y no determinadas por cualquier dogma o religión.
Los hombres que piensan que están del lado de Dios y de la vida, e impiden el progreso de la ciencia, no están a su lado, no. Ellos tienen una visión de Dios enteramente prohibitiva, como si Dios fuera un severo viejito que todo impide, que lanza maldiciones y puniciones y rayos. Un Dios que no quiere que la vida florezca.
Ese no es el verdadero Dios.
El verdadero está de acuerdo en el interés de la ciencia, en la lucha por la felicidad y por la salud.
Ese es Dios. Y no un inquisidor triste, tan difundido por los paranoicos.
El Supremo Tribunal nos dio ayer una muestra de seriedad y respeto por la vida y por la inteligencia.
El resto....es superstición e ignorancia.
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