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Y tenemos nuevo Ministro del Tribunal Superior de Justicia.

Lo primero que hizo, fue prometer que retomaría de inmediato, el polémico (y escondido en algún cajón empolvado) asunto de las células tronco embrionarias, que son la ansiedad mayor de millares de enfermos, que pueden ser beneficiados por esa evolución científica.

Pero el gran obstáculo al uso de las células tronco, es el pensamiento religioso.
Si Señor!

La ciencia pesquisa. Pero la religión tiene certezas.
La ciencia duda. Las religiones tienen dogmas.
Todo es visto en forma general. La vida...El hombre...El Ser...

Lo que está pasando, es que la religión se está infiltrando en la política y en el
progreso científico.
Es increíble comparar la vida de un embrión de 10 días, que ni siquiera tiene sistema nervioso, con la vida de un joven paralítico, o con alguien que sufra la enfermedad de Parkinson.

Son células tronco sacadas del cordón umbilical, que irían fatalmente al tacho de basura hospitalaria.
Ahhhh... Pero esto no es sacrilegio!

Es el mismo tipo de argumentos que usan para oponerse a las semillas transgénicas, que aumentarían la producción. Justamente ahora que casi con seguridad, nos tocará enfrentar una hambruna mundial, como nunca antes vivida.

Es todo igual...
Quien es contra las células tronco, tiene el capricho como “iluminación’.
Tiene la ignorancia como Fé.

En marzo pasado, el Supremo dictó que la muerte cerebral, en personas en estado vegetativo, permite la donación de órganos.
Los embriones de 10 días extraídos del cordón umbilical, no tienen cerebro. ¿Porqué no pueden ser ellos también donadores de vida?

Es así señores pastores, de ovejas descarriadas.
Creo que les está haciendo falta un upgrade.,

Estamos en el Siglo XXI y no en el Concilio de Trento en 1545.


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