PRINCIPIO BÍBLICO:
“Si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia mente” (Gálatas 6:3).
Las personas humildes son respetuosas.
No son arrogantes ni esperan que se les dé un trato especial.
Todo lo contrario, se interesan de verdad en los demás y están dispuestas a aprender de otros.
(Filipenses 2:3) No hagan nada motivados por un espíritu conflictivo o egocéntrico,
sino que humildemente piensen que los demás son superiores a ustedes,
(Colosenses 3:12) Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados,
vístanse de tierna compasión, bondad, humildad, apacibilidad y paciencia.
Jn 13:3-17. Jesús les puso el ejemplo a sus seguidores
cuando humildemente les lavó los pies a sus apóstoles, un trabajo que hacían los sirvientes.
(Romanos 12:3) Por la bondad inmerecida que se me ha mostrado,
le digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar,
sino que piense de un modo que demuestre buen juicio, según la medida de fe que Dios le haya dado.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)