Teatro de Dionisio, prototipo de los teatros griegos, situado en el lado sur de la Acrópolis de Atenas, donde se representaron por primera vez todas las obras clásicas griegas que se conservan. El desarrollo del lugar comenzó con la creación de la orquesta, una plataforma circular de tierra de 18 metros de diámetro con un altar en el centro. Ubicada junto a los templos de la naturaleza y del dios de la fertilidad Dioniso, la orquesta se utilizaba para representaciones dramáticas que, junto con una procesión y un sacrificio, componían el festival anual de primavera del dios. Durante el siglo V a. C., el teatro sirvió como sede de los concursos en los que se representaron por primera vez las obras de Sófocles, Eurípides, Esquilo y Aristófanes (derivadas de la tradición dionisíaca). En aquella época, el auditorio, quizás con bancos de madera, se ubicó en la ladera, y la skene, o edificio que servía de fondo a la obra, se construyó en el lado opuesto de la orquesta. A mediados del siglo IV a. C., se construyeron gradas de piedra con capacidad para 17 000 espectadores, así como una plataforma de piedra mejorada. Hacia el año 61 d. C., bajo el emperador romano Nerón, se llevaron a cabo importantes reformas, que probablemente incluyeron la introducción de un escenario elevado. Después del siglo IV, el teatro cayó en desuso y decadencia. Fue redescubierto en 1765, y a finales del siglo XIX se llevó a cabo una importante restauración arqueológica bajo la dirección del arqueólogo y arquitecto griego Wilhelm Dörpfeld.