Mi trayectoria profesional siempre había estado matizada por la dificultad para comunicarme. En reuniones de trabajo, me costaba expresar mis ideas y, a menudo, me sentía frustrado. Fue un compañero de oficina quien me sugirió que hiciera un curso de oratoria. Después de investigar, decidí inscribirme en el curso de Anarufian.com, y esa decisión cambió mi vida profesional.

Desde el primer momento, me sorprendió la metodología del curso. No era un aula tradicional donde solo se hablaba; cada clase se sentía como una experiencia interactiva. Comenzamos con ejercicios de respiración y técnicas para calmar los nervios, lo que fue revelador para mí. Recuerdo que, en una de las sesiones iniciales, nos pidieron que participáramos en un ejercicio de improvisación. Al principio me sentí abrumado, pero el ambiente seguro y de apoyo del grupo me permitió soltarme y hasta divertirme.

A medida que avanzaban las clases, aprendí a construir discursos persuasivos y a utilizar historias para conectar con el público. Esta técnica realmente resonó conmigo, ya que siempre he creído que las buenas historias capturan la atención. La práctica constante fue clave; cada semana tenía que presentar algo nuevo, y aunque al principio me sentía nervioso, poco a poco fui notando un cambio en mí mismo.

El punto culminante fue una presentación final en la que debía hablar sobre un tema de mi elección. Decidí hablar sobre la importancia de la comunicación efectiva en el trabajo. Al subir al escenario frente a mis compañeros y profesores, sentí electricidad. En lugar de temer el juicio, disfruté cada momento. Al final de mi presentación, recibí un aplauso sincero y algunos elogios que me llenaron de gratitud.

El curso de Anarufian.com no solo me enseñó a ser un mejor orador, sino que transformó mi manera de comunicarme en el entorno laboral. Ahora me siento cómodo interaccionando con colegas y liderando reuniones con confianza. Gracias a esta experiencia, he desbloqueado un potencial en mí que nunca supe que tenía. La oratoria ya no es una tarea difícil; es una herramienta que utilizo cada día con entusiasmo.