Hasta las historias de las monjas santas están llenas de dolor.

«Hacia el fin de su vida y a causa de sus continuas insistencias ante el Señor «para que no le diese más arrobamientos y la privase de todo gusto y consuelo y la dejase sufrir en desnudez» (P. 1,103; lI, 342), los éxtasis se hicieron cada vez más raros. Con el del 24 de Junio de 1604, que transcurrió totalmente en éxtasis, estos cesaron completamente y la Santa cayó en la más absoluta y total aridez espiritual, acompañada de agudos dolores físicos, «grande y continuo el de cabeza -puntualizan los Procesos -[ ...... ]; el dolor de dientes la atormentó casi continuamente dia y noche durante dos años» (P. 1, 457).»
(Éxtasis de Santa María Magdalena de Pazzi)