Os guiaréis por los evangelios de otros, porque el tal jesús nunca tuvo evangelio alguno ni hablo de su evangelio nunca, ni de los evangelios nunca, dicha palabra se inventó en el latín tardío siglo II d.c., en griego no existía dicho vocablo y los escritos se llamaban akero, que significa angelo, y en arameo tampoco las historias se llamaban cantos.