Pues ya lo tenemos en Brasil al tal Bolsonaro, esperando correr la misma suerte que Trump.

Estos moralistas tienen más peligro que una caja de bombas.

Por cierto sus abogados ya han devuelto las joyas y regalos que Bolsonaro no había ni declarado, entre ellas un collarcito de diamantes valorado en más de 3 millones de dólares que le habían regalado los moralistas de Arabia Saudí.