En el capítulo 10 de Lucas, versículos 25 al 28, leemos acerca de “cierto hombre versado en la Ley”
que procuró poner a prueba a Jesús preguntándole: “Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”

¿Qué hizo Jesús?
Él pudo haberle dado fácilmente una respuesta directa,

Pero se dio cuenta de que aquel hombre tenía sus ideas formadas al respecto.
De modo que Jesús le preguntó cómo respondería él mismo, diciéndole:
“¿Qué está escrito en la Ley?
¿Cómo lees?”.

El hombre contestó:
“‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón
y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente’,
y, ‘a tu prójimo como a ti mismo’”. Jesús le respondió:
“Contestaste correctamente”,
y, parafraseando una porción de Levítico 18:5, añadió:
“Sigue haciendo esto y conseguirás la vida”.

En otra ocasión Jesús mismo citó aquellos dos mandamientos
como respuesta a una pregunta. (Marcos 12:28-31.)
Pero esta vez el hombre a quien hablaba conocía la Ley de Moisés
y parece que deseaba saber si Jesús concordaba con lo que esta decía.
Jesús le dio la satisfacción de contestarse a sí mismo.