
Iniciado por
misericordia
¿A quien le gusta recordar la muerte de Jesús?¿ A quien le gusta ver como Jesucristo fue torturado?...
A ti te gusta mucho recordar la muerte de Jesús, porque te gozas en la pena de muerte que imponían los judíos a los humildes. Jesucristo fue torturado y crucificado, y Él no quería aquella muerte tan dolorosa, pues sudó gotas de sangre cuando vio que le iban a torturar y crucificar.
Hay que recordar todo lo que hizo Jesús y todo lo que padeció Jesús, pero Jesucristo padeció mucho para poder predicar al mundo los verdaderos mandamientos de Dios.
Tú te quedas solo en la muerte de Jesús, pero no quieres ni oír hablar porque Jesucristo sufrió aquella muerte tan terrible.
Jesucristo dio su vida y se dejó crucificar sufriendo grandes dolores, para que el mundo descubriera que aquellas leyes judías donde los judíos imponían penas de muerte, no eran leyes de Dios. Pues Jesucristo abolió todas las penas de muerte cuando dijo a los hombres.
" NO MATARÁS" y cuando dijo que había que perdonar a los hombres setenta veces siete.
Jesucristo te dice que lo que Dios quiere es la misericordia, y si los hombres tuvieran misericordia de sus semejantes, no condenarían a tantos inocentes. Jesucristo así dijo:
Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)..
Si quieres entrar en la vida
guarda los mandamientos
JESÚS MANDA A NOSOTROS ,LOS VERDADEROS CRISTIANOS
NO OLVIDAR NUNCA SU SUFRIMIENTO
Y SU DERRAMAMIENTO DE SANGRE.
CON SU SANGRE
COMPRO A LA CONGREGACIÓN CRISTIANA
(Mateo 26:27, 28) Y tomó una copa, le dio gracias a Dios y se la dio a ellos diciendo:
“Beban de ella, todos ustedes,
28?porque esto representa mi sangre,
‘la sangre del pacto’,
que va a ser derramada en beneficio de muchas personas,
para que sus pecados sean perdonados.
(1 Juan 1:7) Sin embargo, si andamos en la luz,
así como él mismo está en la luz, estamos unidos entre nosotros,
y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
INSTITUYO
UNA CEREMONIA ENTERA
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)