Eso les dijo a los que querían matarlo a él.
Pero a los amalecitas los mandó a matar, incluyendo los bebés de pecho, las vacas, los burros, los varones, las mujeres que amamantaban.
... pero no a las jóvenes vírgenes: esas fueron el premio para fornicarlas a toda hora. "El descanso del guerrero".