
Iniciado por
KIMO
Juan continúa expresando aprecio al Señor Jesucristo en estos cálidos términos:
“Al que nos ama y que nos desató de nuestros pecados por medio de su propia sangre
—e hizo que fuéramos un reino, sacerdotes para su Dios y Padre—,
sí, a él sea la gloria y la potencia para siempre. Amén”. (Revelación 1:5c, 6.)
Jesús dio su vida humana perfecta
para que los del mundo de la humanidad que ejercen fe en él
sean rehabilitados hasta alcanzar vida perfecta.
¡Usted, misericordia, puede hallarse entre ellos