En el parágrafo 725 del Yalkut Shimeoni que trata sobre Núm 23,7, de acuerdo con el Midrash Ielamdenu, se dice:
«R. Eleazar ha-Kapar dijo:
Dios dio fuerza a su voz [la de Balaam] de modo que llegó de un extremo al otro del mundo, porque El miró y contempló las naciones que se doblegaban ante el sol, la luna y las estrellas, y ante la madera y la piedra, y vio que había un hombre, nacido de mujer, que se erguía e intentaba hacerse Dios a sí mismo para que el mundo entero fuera por mal camino. Entonces Dios dio poder a la voz de Balaam para que todos los pueblos de la tierra pudieran oírla, y él habló:

"Cuidad vosotros de no ir por mal camit¡lo detrás de ese hombre, pues está escrito: Dios no es un hombre, como para mentir. Y si él dice que es Dios, es un embustero y se engañará. Dijo que partiría y que volvería al final; lo dijo, pero no lo realizó. Ved lo que está escrito: Y él comenzó su parábola y dijo: ¡Ay, quién vivirá cuando Dios hace esto! Balaam dijo: ¡Ay, quién vivirá de esta nación que escuchó a ese hombre que se hizo Dios a sí mismo!"» [19].


El rabino que protagoniza ese pasaje, R. Eleazar ha-Kapar, fue el padre de uno de los más famosos maestros, Bar Kapará, contemporáneo de Yehudah ha-Nasí, el gran artífice de la recopilación de dichos que constituye la Misná, y que vivió en la primera mitad del siglo III.


El pasaje citado, con una crudeza crítica análoga a los demás que estamos repasando en esta sección, puede pertenecer a la amorá de R. Abahu. Pone en boca de Balaam, el profeta extranjero, una advertencia amenazante contra la gente que escuche a aquel que, habiendo «nacido de mujer», «se hacía Dios a sí mismo»