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misericordia
Es el Evangelio el que te enseña la Ley y los profetas, pues así te dice Jesucristo.
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
(Mateo 5:17) ”No piensen que vine a anular la Ley o los Profetas. No vine a anular, sino a cumplir.
Los líderes religiosos judíos piensan que Jesús desobedece la Ley de Dios y recientemente planearon matarlo.
Por eso, Jesús dice sin rodeos:
“No piensen que vine a anular la Ley o los Profetas.
No vine a anular, sino a cumplir” (Mateo 5:17).
Es innegable que Jesús respeta profundamente la Ley de Dios
y anima a los demás a hacer lo mismo.
De hecho, les dice: “Quien desobedezca uno de sus mandamientos más pequeños
y les enseñe a otros a hacer lo mismo será considerado
más pequeño con relación al Reino de los cielos”.
Con eso quiere decir que esa persona no entrará en el Reino.
“En cambio —añade—, quien los obedezca
y se los enseñe a otros será considerado grande con relación al Reino de los cielos” (Mateo 5:19).
Jesús no solo condena que alguien desobedezca la Ley, sino las actitudes que lo pueden llevar a hacerlo.
Por ejemplo, tras recordarles que la Ley prohíbe el asesinato, les dice:
“Tendrá que responder ante el tribunal de justicia todo el que siga furioso con su hermano” (Mateo 5:21, 22).
Seguir enojado con otra persona es algo grave y puede conducir al asesinato.
Por eso, Jesús explica cuánto hay que esforzarse por hacer las paces:
“Si estás llevando tu ofrenda al altar
y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete. Primero haz las paces con tu hermano,
y luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23, 24).
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)